Una de las cosas que envidio de las stars es que pueden hacer lo que quieran y vestir como quieran. Sinceramente, no me imagino entrando a la oficina, después de las vacaciones, con el cambio de look que le ha hecho el famoso estilista Chris McMillan a la dulce Miley… Y no es que no le quede bien, eh? Le queda de diez. Es sólo que yo no me veo… 

Miley, que desde hacía un tiempo no se sentía cómoda con sus mechas californianas ni con su dulce melena rubia, ha decidido cortar por lo sano, huyendo de la imagen de sweet girl. Y así, con este cambio radical de las manos de McMillan, se ha teñido el pelo más rubio y se ha transformado en una chica punk, con reminiscencias pixie. 

Y es que yo juraría que hasta la cantante ha adelgazado para entrar en ese look. Y es, que ¡¡está bien delgadita!! Desde luego, si se enfunda ahora unos leggins rojos y negros y las botas de estilo punk  o  unos creepers, le quedan que ni pintados. 

Pero no nos engaña, sigue teniendo cara de pretty, y sigue siendo dulce… porque detrás de esos ojos tan claros, todas las adolescentes del mundo saben que “esta tía es maja”. Le gusta mezclar prendas, buscando un estilo muy personal, pero es coqueta y mucho. Sólo tienes que echar un ojo a su twitter, al que vive permanentemente enganchada, y sí, ten cuidado, porque  también te puedes quedar enganchada. 

En cuanto a su estilo, lo dicho: Leggings reventados, camisetas cortas, creepers o botas punk, bolso caído de tela y joyas con calaveras y cuero. Lo que vendría a ser el look de cualquier anti-sistema. 

Y os aseguro que, para no dejar de tener cara de cielo, no entiendo bien porque se ha deshecho de ese moñito tan coqueto. ¡Con lo bien que le quedaba!