Últimamente me emociono con facilidad. De hecho, creo que mi capacidad de emocionarme ha superado límites insospechados… Ayer, por ejemplo, haciendo la compra, entregué parte de mi cesta al Banco de Alimentos, y cuando la chica, me dio las gracias, le contesté “No hay de qué” y salí corriendo. Si llego a estar dos minutosLeer más

0
Compartir